Coulrofobia: Cuando un payaso puede arruinar tu vida

coulrofobia

Nuestros miedos a veces no tienen una explicación lógica. Hay quien teme a las arañas, y otros tienen aversión a los payasos (Coulrofobia). Simplemente hay algo en estos personajes que siempren están felices, tal vez lo artificial de su apariencia o sus gestos extraños, que provoca ansiedad en algunas personas. Si has llegado hasta aquí es porque quizás tengas un miedo irracional a los payasos, pues vamos a aclarar algunas dudas.

Origen del término Coulrofoboa

La coulrofobia como concepto psicológico es relativamente reciente. Fue acuñada en los años 90 por el investigador W. Fry, uno de los primeros en estudiar este fenómeno. Proviene de la unión de dos vocablos: "coulro" (payaso en griego) y "fobia" (miedo irracional). Pero la aversión a los payasos seguramente exista desde que este personaje se incorporó a los espectáculos circenses allá por el siglo XIX.

¿De dónde surge entonces ese rechazo ancestral a los payasos?

Son varios los motivos que pueden originar la coulrofobia. Los expertos señalan como principales:

  • El contraste entre la sonrisa dibujada y la falta de emotividad real en los ojos. Esta discordancia nos resulta antinatural.
  • Sus gestos y movimientos exagerados, que nos parecen caóticos e imprevisibles.
  • La voz chillona y estridente con que hablan.
  • Su cercanía con niños pequeños, que nos hace temer secuestros o pederastia.

Causas de la aparición de la Coulrofobia

¿Recuerdas alguna experiencia negativa en tu infancia relacionada con payasos? En ocasiones, un episodio traumático temprano donde se vea involucrado un payaso puede desencadenar la fobia.

Por ejemplo, que te obligaran a saludar a un payaso en un cumpleaños cuando no querías hacerlo. O verte una película de terror como 'It', basada en la novela de Stephen King, siendo demasiado pequeño. No es tu culpa en absoluto. Son cosas que nos pasan de niños y que luego no logramos superar. Pero no te atormentes con ello, existe solución.

Principales síntomas

Las personas con coulrofobia experimentan reacciones físicas y emocionales muy intensas en presencia de payasos o al pensar en ellos. Entre los síntomas más habituales se encuentran:

  • Taquicardia, opresión en el pecho, dificultad para respirar. Es decir, un ataque de ansiedad.
  • Temblor en las manos, sudoración excesiva, sequedad en la boca. El cuerpo se activa como ante un peligro inminente.
  • Ganas de llorar, gritar e incluso de salir corriendo. El miedo se apodera de la mente.
  • Incredulidad cuando otros no sienten fobia hacia ellos. "¿Cómo es posible que no les tengan pánico?"

Como ves, los síntomas son amplios, desde físicos a conductuales o emocionales. El común denominador es que resultan muy desagradables y limitan tu día a día.

Opciones de tratamiento

Afortunadamente, existen terapias psicológicas muy efectivas para superar la coulrofobia:

  • Desensibilización sistemática: Se expone al paciente a estímulos relacionados con payasos de forma gradual y bajo su control. Por ejemplo, enseñándole primero dibujos, luego una peluca… así hasta poder tener cerca a un payaso real sin que entre en pánico.
  • Terapia cognitivo-conductual: Identifica pensamientos irracionales sobre los payasos y los sustituye por otros más lógicos. Así disminuye la ansiedad.
  • Inoculación de estrés: Aprendes técnicas para relajarte antes de la exposición a estímulos temidos. Por ejemplo, respiración diafragmática. Cuando te enfrentes a un payaso, podrás aplicarlas para mantener la calma.
  • Terapia EMDR: Mediante estimulación bilateral (visual, auditiva o táctil) se procesan los recuerdos angustiosos ligados a payasos que tengas desde la infancia. Así se digieren estas vivencias.

Como ves, el abanico de posibilidades es amplio. Lo importante es que acudas a un psicólogo especialista en fobias, expliques tu caso y seguir sus recomendaciones. Con constancia y esfuerzo, es posible superar por completo la coulrofobia.

¿Se imaginan un futuro sin temor a los payasos?

El primer paso es atreverte a pedir ayuda, como ya has hecho. No tengas prisa, ve paso a paso. Imagina qué se sentirá el día que puedas ir al circo y disfrutar del espectáculo sin que tu cuerpo entre en modo de alerta máxima cada vez que un payaso salga a la pista.

Referencias

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  • Davey, G. C. L. (1994). The “disgusting” spider: The role of disease and illness in the perpetuation of fear of spiders. Society & Animals, 2(1), 17–25.
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  • Rachman, S. (1977). The conditioning theory of fear-acquisition: A critical examination. Behaviour Research and Therapy, 15(5), 375–387.
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