¿El karma existe? ¿Qué es y cómo funciona?

el karma existe

El karma es un concepto clave en varias religiones orientales que ha despertado gran interés en Occidente. Hace referencia a una suerte de “ley causa-efecto cósmica y moral por la que nuestras acciones tendrían consecuencias futuros. Pero, ¿realmente existe esta misteriosa fuerza llamada karma? Analicemos qué se sabe sobre ella.

Origen de una controvertida creencia

El karma surge en las antiguas escrituras hinduistas y se populariza gracias a la difusión del budismo. Según estas tradiciones, el karma sería una especie de energía generada por cualquier acto, ya sea mental, verbal o físico. Es una fuerza que perduraría más allá de esta vida e influiría en nuestro futuro, no solo en esta encarnación sino también en vidas venideras.

Pero, ¿cómo podría funcionar exactamente este misterioso mecanismo? Centrémonos en analizar las claves del karma dentro del contexto de la creencia en la reencarnación.

Leyendo el "libro kármico" de nuestras vidas

Desde la óptica de la reencarnación, cuando fallecemos nuestra esencia o alma no desaparece, sino que renacería en un nuevo cuerpo humano para vivir otra vida diferente. Es aquí donde entraría en juego el karma, pues se cree que condiciona varios aspectos clave de cada nueva existencia.

Así, nuestro karma sería como un registro que se va acumulando a través de las sucesivas reencarnaciones. Y determinaría desde nuestro lugar de nacimiento, la familia en la que reencarnamos e incluso experiencias positivas o adversidades que nos toca vivir. Es decir, buenas acciones en el pasado atraerían cosas favorables en el futuro, mientras que la maldad eventualmente se pagaría con sufrimiento.

Algunos lo comparan con una especie de libro contable cósmico en el que se van anotando todos nuestros actos, pensamientos y palabras, así como sus consecuencias. Un complejo historial kármico que nos acompañaría de por vida en vida como una huella inmaterial e ineludible.

¿Qué evidencias hay sobre esta fuerza invisible?

Ahora bien, más allá de antiguas escrituras y tradiciones espirituales, ¿qué pruebas reales hay de la existencia del karma? ¿Acaso no será simplemente un constructo filosófico o una metáfora sobre moralidad?

Quienes creen en su realidad aluden sobre todo a fenómenos como los ya mencionados de reencarnación y vidas pasadas. Casos de niños que parecen recordar detalles imposibles de conocer o que nacen con marcas y defectos que coincidirían con cómo murieron en supuestas encarnaciones previas.

También hay quienes interpretan como manifestaciones kármicas las llamadas “experiencias cumbre”, donde en situaciones límite se reviven vivencias completas de otras épocas. O incluso las regresiones hipnóticas a vidas anteriores realizadas por psiquiatras como Brian Weiss.

Sin embargo, los escépticos replican que ninguno de estos fenómenos paranormales ha sido demostrado más allá de toda duda mediante un estudio científico riguroso, por lo que no pueden tomarse como evidencia irrefutable.

El karma en nuestra vida cotidiana

Más allá del eterno debate entre creyentes y escépticos, quizás la pregunta más interesante que cabe hacerse es: ¿afecta el karma a nuestra existencia actual? Es decir, con independencia de supuestas reencarnaciones, ¿experimentamos ya en esta vida algún tipo de retribución ética?

Quienes están convencidos de la realidad del karma señalan que, a menudo, uno cosecha justo lo que siembra. Que tarde o temprano, nuestros actos egoístas suelen volverse en nuestra contra, mientras que la bondad genera más bondad. Incluso la ciencia ha confirmado los beneficios de vivir de forma altruista y amable.

Así pues, quizás el valor del karma como concepto filosófico resida, más allá de especulaciones metafísicas, en recordarnos day a día esta sencilla verdad: que en nuestras manos está crear sufrimiento o felicidad con cómo tratamos a los demás y al mundo. Una idea tan antigua como inspiradora.