Meditación para empezar el dia

Meditación para empezar el dia

La meditación es una práctica milenaria que aporta grandes beneficios, tanto físicos como mentales, de eso no hay ninguna duda. En concreto, la meditación budista ofrece una interesante perspectiva para comenzar el día de forma positiva y llena de energía. ¿Qué podemos hacer para empezar la jornada con buen pie? ¿Cómo nos puede ayudar en esto la meditación budista? Repasaremos sus fundamentos y ventajas.

Bases de la meditación budista

La meditación budista se basa en siglos de conocimiento sobre la mente y las emociones. Su objetivo es alcanzar un estado de conciencia lúcida y compasiva. Esto se logra centrándonos en el momento presente, sin juicios. Al meditar así, calmamos la mente y ganamos una visión profunda de la realidad. 

Esta práctica requiere constancia, pero sus frutos son notables. Y si la realizamos nada más despertar, sus efectos positivos nos acompañarán durante horas. Veamos qué ocurre cuando meditamos al levantarnos.

Efectos de meditar al despertar

Meditar por las mañanas nos aporta claridad y energía para afrontar el día. En concreto, la meditación budista matinal tiene cuatro ventajas:

  • Nos despeja la mente, evitando pensamientos intrusivos o negativos. Así comenzamos el día con motivación.
  • Reduce los niveles de estrés y ansiedad, que suelen ser elevados al despertar. Todo conocemos ese sentiemiento de agobio cuando nos vienen a la cabeza lo que nos queda por delante. Esto evita que las preocupaciones nos agobien.
  • Genera emociones positivas de mindfulness, como la compasión. Es una base perfecta para cualquier actividad posterior.
  • Eos sí, requiere autodisciplina y hábitos saludables, si queremos que aumente nuestra productividad diaria.

Beneficios adicionales

Además de estas cuatro ventajas, la meditación budista matinal tiene otros beneficios interesantes: ¿Te has planteado alguna vez meditar nada más levantarte? Esta simple rutina puede cambiar tu vida.

  • Fomenta la introspección, para conocernos y motivarnos mejor. También aumenta la autoestima y la capacidad de superación personal.
  • Profundiza nuestra espiritualidad, conectándonos con nuestro yo interior y con la globalidad de la existencia. Esta visión holística, que todo lo une, es muy enriquecedora.
  • Mejora diversas funciones ejecutivas del cerebro: memoria, creatividad, toma de decisiones, etc. Rendimos más desde primera hora.
  • Fortalece el sistema inmunitario, previniendo enfermedades. Sin duda alguna, es una gran inversión para nuestra salud. Sus beneficios son infinitos.

Cómo meditar al despertar

Para disfrutar de una sesión revitalizante de meditación budista nada más levantarnos, debemos:

  • Busca un espacio tranquilo, preferiblemente siempre el mismo. Puede ser un rincón de nuestra habitación.
  • Adopta una postura erguida pero relajada, sentados con las piernas cruzadas sobre un cojín. Es la postura del loto. Cierra los ojos e inspirar y expira lenta y conscientemente.
  • Céntrate en la respiración. Deja la mente en blanco, sin seguir ningún pensamiento. Solo presta atención a las sensaciones corporales. Permanece así durante el tiempo deseado, como mínimo cinco minutos. Pero pueden ser veinte o más, lo que tu cuerpo y mente necesite.
  • Finaliza la sesión abriendo poco a poco los ojos y estirando el cuerpo, con plena consciencia. Esta sencilla rutina mañanera nos aportará claridad mental y tranquilidad para afrontar el día.

¿Cuánto tiempo meditar?

El tiempo ideal de meditación depende de tí. Al principio basta con cinco o diez minutos diarios. Pero se recomienda ir aumentando esta dosis gradualmente. Los expertos señalan veinte minutos como un tiempo óptimo para notar cambios positivos en nuestro bienestar. Y en retiros espirituales se llega a meditar horas seguidas. ¿te imaginas?

Pero lo importante es no forzar el tiempo. Cada sesión debe fluir de forma agradable y nunca resultar una imposición. Si alargarla nos causa frustración, es preferible acortarla. Debemos encontrar un equilibrio que nos resulte cómodo pero constante. Esto garantizará el éxito de nuestra práctica meditativa mañanera.

¿Merece la pena intentarlo?

Tras analizar sus múltiples beneficios, surge una pregunta: ¿merece la pena añadir meditación budista a nuestra rutina matutina?  La respuesta intuitiva sería que sí. Pero la mejor forma de averiguarlo es poniéndolo en práctica durante un tiempo. Hay que ser constantes para gozar de sus frutos.

Incluso si al principio nos cuesta concentrarnos, o no notamos grandes cambios, no debemos desanimarnos. La meditación funciona de forma sutil. Cuando menos lo esperemos, estaremos más relajados y eficientes.

Y si conseguimos transformarla en un hábito, sus ventajas se multiplicarán. Como reza un proverbio oriental: “el agua que cae gota a gota horada poderosas rocas”. Del mismo modo, la meditación diaria acaba modelando nuestra mente.

Así pues, ¿a qué esperamos para probarla? Dediquemos unos minutos tras despertar a calmarnos y conectar con nuestro interior. Pongamos la primera piedra de nuestro bienestar, antes incluso del desayuno. Verás que merece mucho la pena.