Origen del Buda

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¿Quién fue realmente Buda, este personaje que nació hace 25 siglos y cuál es su relevancia en el mundo actual? Repasemos sus orígenes, su camino hacia la iluminación y las enseñanzas surgidas de su despertar espiritual que aún hoy guían a millones de personas. 

Un príncipe acomodado

Siddhartha Gautama, el hombre que llegaría a ser conocido como Buda, nació en una familia aristocrática del norte de la India alrededor del siglo V antes de Cristo. Se crió en el seno de una vida placentera y confortable, sin saber siquiera que era sufrimiento. Pero este joven príncipe estaba destinado a dar un giro radical a su vida y convertirse en una de las figuras más influyentes de la espiritualidad, no solo en Oriente, sino también en Occidente.

El encuentro con la realidad

Según cuenta la leyenda, durante un paseo fuera de las murallas de su palacio, Siddhartha se encontró por primera vez con un hombre sumamente anciano y decrépito, Más tarde se encontraría con un enfermo grave y finalmente con un cadáver abandonado.

Estas tres visiones le impactaron de maner crucial. Le hicieron tomar conciencia de la temporalidad de la vida y de la inevitabilidad del sufrimiento humano. Debería haber alguna forma de liberarnos del dolor, pensó Siddhartha. Y así comenzaría su búsqueda para hallar la respuesta.

El despertar bajo el árbol Bodhi

Tras abandonarlo todo, Siddhartha se embarcó en una búsqueda espiritual que lo llevaría a practicar con los más renombrados maestros de yoga y meditación de la época. Pero no hallaba las respuestas que buscaba. 

Finalmente, se sentó bajo un árbol, después conocido como el árbol Bodhi, y se juró no levantarse hasta alcanzar la iluminación. Tras una noche de profunda meditación, dicen las escrituras que Siddhartha finalmente despertó y vio con claridad la realidad. En ese instante, se convirtió en Buda: “el iluminado”.

Las Cuatro Nobles Verdades

Lo que Buda comprendió puede resumirse en lo que llamó las Cuatro Nobles Verdades sobre el sufrimiento y cómo liberarnos de él:

  1. El sufrimiento es parte intrínseca de la vida. 
  2. El origen del sufrimiento es el deseo y la ignorancia.
  3. Es posible alcanzar el fin del sufrimiento.
  4. El Noble Sendero Óctuple es la vía que lleva al fin del sufrimiento.

El Noble Sendero Óctuple: El fin del sufrimiento.

Este Noble Sendero se basa en desarrollar: la comprensión correcta, el pensamiento correcto, el habla correcta, la acción correcta, el modo de vida correcto, el esfuerzo correcto, la atención correcta y la concentración correcta.

En esencia, Buda descubrió que la raíz del sufrimiento humano está en la mente y que domando nuestra propia mente podemos liberarnos. Sus enseñanzas giran en torno a entrenar la mente para encontrar la quietud, ver con claridad y desarrollar cualidades como la compasión.

La difusión de las enseñanzas

Tras su experiencia de iluminación, Buda dedicó el resto de su vida, unos 45 años más, a recorrer toda la región del norte de India difundiendo sus enseñanzas a todos los estratos sociales. Sus discursos atraían tanto a ascetas como a granjeros, amas de casa como a reyes. Ofrecía sus enseñanzas de forma práctica y adaptada al público.

Poco a poco fue atrayendo seguidores y discípulos, dando origen a una comunidad monástica que preservó sus discursos después de su muerte. Estas enseñanzas orales fueron posteriormente recopiladas por escrito en lo que hoy conocemos como los textos budistas o Tripitakas.

Influencia perdurable en Oriente y Occidente

Con el tiempo, el budismo se extendería más allá de la India, convirtiéndose junto con el hinduismo y el confucianismo en una de las tres grandes tradiciones espirituales de Oriente. Llegó a naciones como China, Japón, Tailandia, Birmania y Tíbet. Y en las últimas décadas ha despertado gran interés también en Occidente.

Se calcula que en la actualidad hay entre 350 y 550 millones de budistas en el mundo. Millones encuentran en las palabras de Buda, el monje iluminado que vivió hace 25 siglos, un faro de sabiduría y una guía práctica para manejar el sufrimiento y hallar la verdadera felicidad mediante el entrenamiento de la propia mente.

Su mensaje de compasión y de búsqueda interior parece cobrar más vigencia que nunca en un mundo globalizado dominado por las prisas, el consumismo, la competencia y la violencia, donde nuestra felicidad se ve amenazada desde fuera y la calma mental brilla por su ausencia.

Quizás ha llegado el momento de mirar en nuestro interior, hacer una pausa en nuestras agitadas vidas y contemplar con serenidad las sencillas pero profundas palabras que un monje pronunció hace 25 siglos al despertar de la ilusión de la realidad. Tal vez ahí se encuentren respuestas que ansiamos oír.