¿Qué significa pactar con el diablo, desde una perspectiva psicológica?

pactar con el diablo

El dicho popular "pactar con el diablo" lleva siglos formando parte del imaginario colectivo. Se trata de una metáfora muy gráfica, para referirse a quien realiza tratos reprochables o peligrosos, a cambio de obtener aquello que más desean.

Este tipo de pactos fáusticos, han dado pie a abundantes obras literarias y cinematográficas que exploran sus implicaciones éticas y psicológicas. ¿Qué conduce a una persona a vender su alma al diablo? 

¿Merece la pena obtener tus sueños a costa de transgredir tus valores? Analizaremos el significado de este dicho popular desde una perspectiva psicológica.

Desesperación y falta de esperanza 

Quien recurre a lo prohibido, suele hacerlo desde un profundo sentimiento de desesperación. No ve salida a su situación actual. Siente que solo tomando medidas extremas, pueden cambiar su destino. Hay una ausencia total de esperanza y una sensación de acorralamiento que empuja a la persona a aferrarse incluso, a fuerzas que sabe incontrolables y peligrosas. Se trata de un acto, que nace del agotamiento de todas las opciones viables.

El ansia de poder

Otro elemento clave es la ambición desmedida y el ansia de poder. La promesa de riquezas, influencia política, capacidades sobrehumanas o cualquier otra forma de supremacía, ejerce una atracción irresistible en ciertas personalidades.

Son individuos que anteponen la consecución de sus sueños y anhelos, por encima de cualquier otra consideración. No reparan en medios con tal de escalar a la cima y obtener aquello con lo que fantasean.

La ilusión de control

A pesar de saber que se adentran en terrenos peligrosos, estas personas poseen la ilusión de que podrán controlar la situación. Confían en su astucia para engañar incluso al mismísimo diablo, y evitar así las fatales consecuencias asociadas a este tipo de pactos. Es una sensación falsa de dominio, que oculta la realidad de estar tratando con fuerzas que nos sobrepasan. Pero la ambición y el ego les ciegan.

La ausencia de brújula moral 

Quienes venden su alma, muestran también una flexibilidad excesiva o directamente una ausencia de brújula moral. Son capaces de pasar por alto principios éticos, valores personales e incluso leyes con tal de conseguir sus propósitos. 

Esto indica una debilidad en los frenos internos que solemos tener para evitar caer en comportamientos reprochables. En el fondo saben que están cruzando líneas rojas, pero aún así siguen adelante.

El autoengaño 

En muchas ocasiones, quien pacta con el diablo se convence a sí mismo de que, dadas las circunstancias, merece la pena. Se autoengaña pensando que el fin justifica los medios o que no tenía otra salida. 

Son expertos en construirse coartadas y racionalizaciones, para mitigar la voz de su conciencia y acallar cualquier resquicio de culpa. De esta forma consiguen transgredir sus propios valores sin experimentar una total disonancia cognitiva.