¿Cuál fue el primer milagro de Jesús?

primer milagro de Jesús

Jesús realizó su primer milagro, en el pequeño pueblo de Caná (Galilea). Allí manifestó su gloria, y dio inicio a su misión pública. Este milagro, en una boda humilde, dejó entrever el gran poder divino que residía en aquel carpintero de Nazaret. El relato se encuentra en el evangelio según San Juan. Ofreciendo un vistazo al comienzo de la misión mesiánica de Jesús.

La boda en Caná 

Este primer milagro ocurrió, como ya citamos, en una boda en Caná de Galilea, pueblo donde vivía Natanael, uno de los primeros discípulos llamados por Jesús. Juan no especifica los nombres de los novios, solo que la madre de Jesús estaba allí. 

En aquella época las bodas podían durar varios días, y en esta fiesta faltó el vino, elemento esencial de celebración en la cultura judía. Ante esta situación incómoda, María le dijo discretamente a su hijo "No tienen vino".

La hora de Jesús aún no había llegado 

Aunque decidió realizar el milagro, inicialmente Jesús le respondió "¿Qué tienes conmigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora". Este comentario, revela que Jesús obraba según el plan y la voluntad del Padre sobre su vida. Siguiendo un cronograma establecido. 

Aún no era el momento de manifestarse abiertamente como el Mesías, ante el pueblo. Pero movido por la solicitud de su madre, Jesús realizó el milagro de forma discreta. Solo ante los sirvientes y sus discípulos.

Abundante provisión de vino 

Jesús pidió que llenaran de agua seis tinajas de piedra que estaban allí, las cuales tenían capacidad para albergar entre 120 a 180 galones de líquido. Luego dijo a los sirvientes que sacaran del contenido de las tinajas y lo llevaran al maestresala, encargado del banquete. 

Para sorpresa de este, el agua se había convertido en vino de excelente calidad. Los novios recibieron abundante provisión de vino. Incluso, mejor que el que habían servido inicialmente.

Reacción de los discípulos 

Este signo milagroso tuvo un gran impacto en los discípulos de Jesús. Estos  comenzaron a creer en él, al contemplar su gloria y poder divino. La fe de ellos se afianzó al ver que aquel humilde carpintero de Nazaret era extraordinario, capaz de obrar señales como ningún otro. El evangelista Juan resalta, que este fue el primero de los signos que Jesús realizó. Dando así, inicio a su ministerio mesiánico.

Manifestación de la gloria de Jesús 

A través de este sencillo pero extraordinario milagro, Jesús manifestó su gloria como el Hijo unigénito enviado por el Padre. Si bien la mayoría de los invitados no se dieron cuenta del prodigio, este signo constituyó una revelación especial para sus discípulos.

Demostró que Jesús no era un simple rabino, sino el Mesías que venía a establecer el reino de Dios. Este humilde carpintero tenía poder para transformar el agua en vino, obrando una señal que solo Dios podía realizar.