¿Qué es la felicidad para las personas?

qué es la felicidad

La felicidad es un concepto que ha intrigado a toda la humanidad, desde tiempos muy pretéritos. Filósofos, psicólogos y pensadores de todas las épocas han reflexionado sobre su significado, sus causas y la manera de alcanzarla. Se trata, sin duda, de uno de los temas existenciales que más interés despiertan entre el común de las personas.

Hoy veremos las diversas posturas y teorías que existen en torno a la felicidad. Aquello que la define, sus componentes esenciales y los factores que permiten promoverla o que, por el contrario, representan un obstáculo en su consecución. El objetivo es arrojar algo mas de luz, sobre una cuestión tan relevante para la experiencia humana como es encontrar el bienestar, la satisfacción y el sentido positivo de la existencia.

Idea de la felicidad 

A lo largo de la historia, la felicidad ha sido abordada desde diferentes visiones. Para el eudemonismo, griego se identificaba con una vida virtuosa. Mientras que para el utilitarismo, es el placer o bienestar lo que define este estado. En la actualidad, hay consenso respecto a que se trata de una conjunción de factores. 

La visión contemporánea predominante, concibe la felicidad como un estado afectivo positivo que experimenta subjetivamente cada individuo, cuando se siente satisfecho consigo mismo y con su existencia. Aunque es un sentimiento subjetivo, se sustenta tanto en condiciones internas de realización personal como en circunstancias externas de relativo bienestar. 

Así, la felicidad depende de elementos contextuales, pero también de constructos personales como la resiliencia, la capacidad de disfrutar lo positivo de la vida o el sentido que cada uno le asigne a su trayectoria vital. No existe una fórmula universal, pero sí ingredientes comunes.

Influencia de las relaciones y el entorno social 

Uno de los pilares fundamentales para conocer la felicidad, es contar con un entramado de relaciones personales positivas. Tener unos vínculos profundos de amistad y afecto, así como sentirse valorado en la familia y en los círculos sociales de pertenencia, resulta indispensable. 

A la misma vez, la integración en comunidades que ofrezcan soporte, seguridad y oportunidades para desarrollar el propio potencial, también es decisivo. Una sociedad más igualitaria, con menores niveles de marginalidad favorece las posibilidades globales de ser feliz para más ciudadanos.

Alcanzar metas y objetivos 

Otro de los factores ampliamente relacionados con los mayores niveles de felicidad, es la capacidad para trazarse metas y propósitos, tanto en la vida personal como profesional, además de ir cumpliéndolas. Tener anhelos y aspiraciones, y transitar el camino de una progresiva realización de los mismos, resulta profundamente gratificante para la mayoría de las personas. 

No se trata de una acumulación material infinita. Sino de ir concretando sueños, de vivir de acuerdo a valores profundos, de ir autorrealizándose mediante el despliegue de las propias capacidades y talentos innatos mediante el estudio, el trabajo y las relaciones interpersonales.

Cultivar una actitud resiliente 

Los inevitables altibajos de la vida, las crisis personales, los problemas económicos o las enfermedades son realidades que más temprano que tarde, tocan la puerta de todos. Por ello, una cualidad esencial muy conectada a los mayores niveles de felicidad de las personas, es el desarrollo de la resiliencia. 

Ésta hace referencia a la capacidad para transitar y superar los golpes, reinventándose, aprendiendo de la adversidad y sobreponiéndose. Quienes cuentan con esta flexibilidad psíquica y emocional tienen, estadísticamente, herramientas más sólidas para sortear los momentos difíciles sin hundirse en el desánimo o la depresión.

Disfrutar el presente 

Una cualidad que distingue a las personas más felices, es la facultad para saborear las pequeñas cosas que suceden cada día. No posponer la felicidad al futuro sino celebrar lo bueno del aquí y el ahora. Cosas como salud, afectos, comidas con amigos, paisajes o música. 

Centrarse en lo positivo del presente y evitar preocuparse demasiado sobre los problemas pasados o futuros. Este es un rasgo frecuente, entre quienes se sienten más alegres con su realidad actual. Adaptarse con lo que cada jornada es un antídoto formidable contra la infelicidad.

En definitiva, la felicidad es una resultante de componentes externos e internos, sociales y subjetivos, contextuales y psicológicos. No existe para ello, una receta única. Pero sí ingredientes que, combinados de manera personalizada, pueden integrar el cóctel de bienestar que todos buscamos. Vínculos, realización, resiliencia y vivir a pleno el ahora seguramente tendrán un lugar privilegiado en esa fórmula.