¿Qué es ser una persona superficial?

qué es ser superficial

Un rasgo de personalidad que ha estado presente en la sociedad desde tiempos ancestrales, es la superficialidad. Sin embargo en los últimos años ha aumentado, debido al auge de las redes sociales y al énfasis en las apariencias. Comprender cual es el  significado de una persona superficial, nos ayudará a evitar caer en este tipo de conductas.

La superficialidad se basa principalmente, en la importancia excesiva que se le da a aspectos externos y triviales, sin profundizar en lo verdaderamente trascendental. Quienes son superficiales, establecen vínculos frívolos y se enfocan demasiado en lo cosmético.

Es necesario estudiar a fondo las implicaciones de la superficialidad. Son necesarias, para tomar conciencia y poder relacionarnos con los demás de una manera más auténtica.

Características principales 

Las personas superficiales, destacan sobre todo por estar pendientes en exceso del aspecto físico y las apariencias. Dedican gran parte de su tiempo a su imagen. Por el contrario, se despreocupan de cultivar su interior. Suelen ser egocéntricas y narcisistas. Solo están enfocadas en sí mismas y en llamar la atención. 

Necesitan continuamente la validación externa, para sentirse bien. Asimismo, establecen vínculos interpersonales débiles. Estos se basan únicamente en intereses banales que tienen en común, no en una conexión profunda.

Visión estereotipada del mundo 

Los superficiales tienen una perspectiva muy limitada y llena de prejuicios, sobre las personas y la realidad que les rodea. Categorizan fácilmente a los demás sólo por su aspecto o posesiones. Tienen la mente cerrada, para entender visiones que sean distintas a la suya. 

Esto se debe, a que no reflexionan sobre sí mismos ni cuestionan sus creencias. Como consecuencia de ello, se pierden la riqueza que conlleva la diversidad human., Además de las oportunidades de aprendizaje, que brindan mentes más amplias.

Relaciones interpersonales 

Las interacciones de los superficiales con otros suelen ser banalidades, conversaciones de poco calado centradas en criticar y juzgar el aspecto del prójimo. Establecen vínculos sólo con aquellos que sean similares, o refuercen su visión egocéntrica. 

No conectan realmente con otras personas. Debido a lo anterior, sus relaciones suelen ser efímeras y cambiantes. Al no anclarse en nada profundo, estas se marchitan con facilidad.

Autoestima dependiente 

Dado su alto grado de criticismo sobre los demás, paradójicamente los superficiales suelen tener problemas de autoestima y necesitan continuamente la aprobación ajena. Al no trabajar su mundo interno, requieren como un espejo de los otros para sentirse bien consigo mismos.

Su seguridad es muy frágil. Esta validación externa nunca es suficiente, por lo que constantemente están pendientes de su imagen ante los demás.

Consecuencias 

Vivir de esta forma, conlleva consecuencias negativas. Tanto para uno mismo, como para quienes nos rodean. Se pierden oportunidades de relaciones enriquecedoras. Además, la dependencia del qué dirán genera mucha ansiedad e infelicidad. 

Nunca se está conforme y se vive con miedo al rechazo ajeno. Es una vida sin propósito ni significado profundo. Se ignoran aspectos esenciales de la existencia y no se alcanza la autorrealización.

Cómo evitarla 

Es cierto que la sociedad actual, promueve la superficialidad. Pero cada uno debe responsabilizarse de cultivar su interior, y generar vínculos más auténticos. Es importante reflexionar, preguntarse sobre uno mismo, conocerse. 

También expresar ideas, sentimientos profundos y escuchar atentamente a los demás. Debemos aprender a valorarnos cada uno, sin la necesidad de tener que ser aprobados por los demás. Hay que conectar con otros de una forma natural. Esta forma de ser logrará enriquecer nuestras vidas.