¿Cuál es y cuánto mide el radio de la Tierra?

radio de la Tierra

La Tierra es nuestro hogar. El planeta nos sustenta y nos provee, de todo lo necesario para vivir. Sin embargo, rara vez nos paramos a pensar en sus dimensiones y en la inmensidad del planeta que nos da cobijo. 

Cuando observamos un globo terráqueo, la Tierra se ve pequeña y manejable. Pero en realidad, hablar de su tamaño requiere referirse a cifras astronómicas para la comprensión humana. Una de las medidas que nos ayuda a entender lo grande que es nuestro planeta, es la correspondiente a su radio.

El radio de la Tierra, equivale a la distancia que va desde el centro de ésta, hasta cualquier punto de la superficie. Saber cuál es esta medida, no sólo satisface la curiosidad sobre las dimensiones de nuestro hogar planetario. 

Conocer el radio terrestre también ha sido vital, para el desarrollo de las civilizaciones y para comprender desde épocas tempranas, la redondez del planeta que habitamos.

Una cifra establecida desde la antigüedad 

La primera civilización que logró establecer el radio de la Tierra con notable precisión, fue la cultura griega. En concreto, durante el período helenístico. Eratóstenes de Cirene logró calcular la circunferencia terrestre, mediante la medición de sombras y algunas proporciones matemáticas.

El erudito obtuvo como resultado, que la circunferencia de la Tierra era de 252.000 estadios. Si se considera que un estadio equivale a 185 metros, el perímetro calculado por Eratóstenes era de 46.620 kilómetros. Lo cual dejaba el radio, en aproximadamente 6.340 kilómetros. Un cálculo notablemente preciso para la época, y que se aproxima mucho al valor real que hoy conocemos.

Valor actual del radio terrestre 

El radio ecuatorial de la Tierra, es decir, la distancia desde el centro a cualquier punto del ecuador, es de 6.378 kilómetros de promedio. Considerando la forma ligeramente achatada de nuestro planeta debido a su rotación, el radio polar es levemente menor, unas 6.357 kilómetros. 

Si se promedia el radio ecuatorial y el polar, se obtiene el radio medio de la Tierra; 6.371 kilómetros. Ésta es la cifra que manejamos hoy en día como radio oficial. Es la que se enseña en las escuelas. Gracias a mediciones altamente precisas con satélites artificiales y modelos informáticos, sabemos que el radio de la Tierra es de 6.371 kilómetros con un margen de error de apenas unos pocos kilómetros.

Una cifra difícil de imaginar

Las escalas planetarias, son muy diferentes a las que estamos acostumbrados los humanos en nuestra vida cotidiana. Por ello, quizás resulte difícil imaginar lo que significan casi 6.400 kilómetros de radio. Para tener una idea, podemos pensar que la Tierra tiene cuatro veces el tamaño de la Luna. O que se necesitarían unos 317 millones de estadios de fútbol, para cubrir la circunferencia ecuatorial terrestre.

También resulta interesante comparar el radio de la Tierra con algunas distancias más familiares. Por ejemplo, 6.371 kilómetros equivalen a: 

  • 4 veces la distancia en línea recta entre Madrid y Moscú. 
  • 5 veces el largo de Argentina de norte a sur.
  • 7 veces la distancia entre Lisboa y las islas Canarias.

Como podemos ver en estos ejemplos, cuando hablamos de las dimensiones de nuestro planeta, nos movemos en cifras realmente enormes.

Una esfera en movimiento

La Tierra es enorme. Pero desde el espacio exterior se ve pequeña, solitaria y frágil. Las famosas e imágenes de la misión Apolo a la Luna, donde nuestro planeta se ve como una esfera azul y blanca, nos muestran cuan insignificante es la Tierra desde una perspectiva cósmica. Y sin embargo, esa bola azul alberga toda la vida conocida.

La Tierra tiene la particularidad, de ser el único planeta del sistema solar con actividad geológica y tectónica significativa. Su manto se desplaza constantemente transportando calor, su corteza se fragmenta en placas que se mueven y chocan entre sí.

Gracias a ello se forman las cordilleras, los volcanes, los terremotos y demás expresiones de la energía interna terrestre. Este movimiento geológico es crucial, para mantener ciertas condiciones esenciales para la vida. Como el ciclo del carbono y del nitrógeno.

Y no sólo su interior se mueve, la propia Tierra gira constantemente sobre su eje cada 24 horas. Al tiempo que orbita al Sol, cada 365 días. Este movimiento combinado es la base para comprender los días, las noches, las estaciones del año y todos los ciclos circadianos que rigen los relojes biológicos de los organismos vivos.