¿Quién es Sadhguru y por qué lo siguen millones de personas?

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Sadhguru es un personaje que amas u detestas. Unos lo veneran como a un verdadero gurú iluminado. Otros lo critican y cuestionan sus métodos. Pero de lo que no hay duda es que millones de personas en todo el mundo siguen sus enseñanzas y encuentran en ellas inspiración para sus vidas. Pero ¿Quién es realmente este hombre de la larga barba canosa? ¿Por qué genera tanta atracción su mensaje? Vamos a intentar arrojar algo de luz a estas preguntas.

Orígenes de Sadhguru

Jaggi Vasudev, conocido como Sadhguru, nació en 1957 en el estado indio de Karnataka, en el seno de una familia de clase media. Desde niño mostró una inclinación espiritual innata. De adolescente practicaba yoga y estudiaba con diversos maestros, insatisfecho con las respuestas convencionales. Buscaba experiencias que le permitieran indagar en los misterios de la vida.

Experiencia transformadora

A los 25 años tuvo una vivencia de unión mística con lo divino que cambió su percepción. Según sus palabras, "de repente fui consciente de que estaba en todas partes". A partir de entonces, se dedicó intensamente a explorar los medios para que otras personas pudieran también vislumbrar esa dimensión universal.
Así nació su sistema Isha Yoga y la Fundación Isha para difundirlo. Sadhguru se considera hindú, seguidor del shivaísmo dentro de la escuela advaita vedanta del hinduismo, información que puede tener muchas lecturas.

Isha Yoga

Sadhguru desarrolló un yoga integral, que no abarca solo posturas físicas sino también meditación, acción desinteresada y autocuestionamiento interno. Un camino de bienestar y realización plena. Sus técnicas atrajeron rápidamente a miles de buscadores espirituales agobiados por el ritmo frenético de la vida moderna. ¿No nos sentimos a veces esclavos de ese estrés crónico y anhelamos pausa? Quizás hallemos sosiego en Isha.

Magnetismo

Quienes acuden a sus conferencias hablan de una "presencia" energética envolvente. Sadhguru domina el arte de cautivar a su auditorio con un carisma arrollador y un ingenio fuera de lo común. Sus respuestas improvisadas rezuman una sabiduría que deslumbra.

Tiene esa rara capacidad de abordar temas trascendentales con un lenguaje llano, sin perder profundidad. Sus símiles y metáforas revelan una mente prodigiosamente perspicaz. ¿No nos gustan los maestros que despiertan nuestro intelecto y nos electrizan? Es un virtuoso de la comunicación.

Proyectos humanitarios

Convertido en un fenómeno mediático, Sadhguru aprovecha ese altavoz para promover causas sociales urgentes como la ecología o la educación rural. Dicen que cuando le preguntaron sobre su mayor logro, respondió que plantar 70 millones de árboles en Tamil Nadu.

También impulsa la iniciativa Rally por los Ríos para revertir el ecocidio fluvial del país. ¿No es mejor que existan predicadores que pasen a la acción en lugar de hablar sin más? Sus críticos le reprochan un excesivo culto a su personalidad. Sus defensores contraatacan con que no cobra honorarios y canaliza fondos para proyectos altruistas.

Inevitables controversias

No está exento de polémicas. Algunas teorías pseudocientíficas sobre la antigüedad de los yoguis o los orígenes de ciertas prácticas levantaron ampollas. Se le achaca también cierto secretismo en asuntos económicos o decisiones organizativas. Pero lo cierto es que muchos otros gurús tampoco se salvan de las ambigüedades Lo censurable sería la opacidad deliberada o la codicia.

Quizá precise mayor transparencia para disipar suspicacias. Sus partidarios alegan honestidad y entrega a la causa. Pero lo que es seguro es que Sadhguru es un enigma. Un asceta extático que frecuenta el Foro Económico Mundial. Un ermitaño multitudinario de verbo inflamado y perspicaz intelecto. Un reformista social inconformista. Un místico visionario que atrae a ricos, famosos y gente corriente como nosotros. Algo tendrá para que los sigan millones de personas en todo el mundo.

Despierta tanto fervor como recelos. Pero nadie puede negar su capacidad para seducir mentes y despertar voluntades en los demás. Amado gurú o farsante iluminado, compromete a la vez que fascina. Encarna como pocos ese anhelo insondable de autoconocimiento. Quizá ahí radique la clave de su éxito.