Sefer Yetzirah: ¿Revela los enigmas de la creación?

Sefer Yetzirah

El Sefer Yetzirah es, sin duda, uno de los textos cabalísticos más enigmáticos y fascinantes de la tradición judía. Se trata de un opúsculo de apenas unos pocos miles de palabras que, sin embargo, ha ejercido una influencia desmesurada. ¿Por qué? Porque en sus páginas se esconde una cosmogonía sorprendente, una teoría sobre el origen del universo y la creación a partir de las letras del alfabeto hebreo. ¿Puede haber algo más intrigante?

Orígenes del Sefer Yetzirah

A lo largo de los siglos, numerosas leyendas han brotado en torno a los orígenes del Sefer Yetzirah. Hay quien la atribuye nada más y nada menos que a Abraham. Otros, en cambio, apuestan por una fecha de composición mucho más tardía, probablemente entre los siglos III y VI de la era cristiana. Sea como fuere, basta echar un vistazo a su contenido para comprender que nos hallamos ante una joya singular dentro del misticismo judío.

El poder creativo de las letras hebreas

Uno de los postulados fundamentales del Sefer Yetzirah es que las letras del alfabeto hebreo encierran un poder creador. Así, las tres letras primigenias (alef, mem y shin) representarían los elementos básicos con los que fue construido el universo (aire, agua y fuego).

A partir de ellas, por combinación y permutación, habrían surgido el resto de criaturas, desde los cuerpos celestes hasta el propio ser humano. Todo cuanto existe, por tanto, no sería sino reflejo del lenguaje, manifestación de un Verbo creador que modela la materia. ¿No resulta esta una imagen grandiosa? Desde luego, invita a la reflexión.

¿Una guía para la creación?

Si contemplamos el cosmos como el resultado de combinar las letras del alfabeto hebreo, cabe preguntarse: ¿podría el proceso invertirse? Es decir, ¿podría la Sefer Yetzirah leerse en clave operativa, como una suerte de recetario para acceder y modificar los engranajes secretos de la realidad? No faltan quienes lo han intentado, tratando de alterar el mundo natural por medio de los sonidos y las palabras.

Un empeño tan titánico como peligroso. Jugar a ser Dios conlleva sus riesgos, ¿no creen? Aunque, bien mirado, ¿acaso no constituye esa capacidad creativa una de las cosas que nos hacen humanos?

Ángeles y demonios

Resulta curioso que un texto tan breve como el Sefer Yetzirah contenga una de las primeras clasificaciones angélicas del judaísmo. Allí encontramos referencias a los temibles ofannim, las ruedas angelicales tachonadas de ojos que posteriormente fascinarían a poetas como Ezra Pound.

O los erelim, ángeles del elemento aire, o los ishim, mensajeros ígneos. Esta pléyade de criaturas espirituales despliega todo un zoo angélico que luego desarrollaría la Cábala. Una muestra más del enorme calado que este opúsculo ha ejercido sobre la espiritualidad judía.

Enigmas sin resolver

Pese a los siglos de estudio y comentarios, lo cierto es que el Sefer Yetzirah continúa desafiando nuestra comprensión. Muchos son los enigmas que permanecen irresueltos en torno a ella. ¿Cuál fue su autoría exacta? ¿Con qué propósito se escribió? Y lo que es más importante: ¿debemos tomarla al pie de la letra como una guía para modelar la realidad o se trata tan solo de un ejercicio místico carente de aplicación práctica? Sea como fuere, su mero planteamiento ya resulta deslumbrante. Que de unas pocas letras pudiera surgir la inmensa variedad del cosmos… es simplemente increíble.