¿Qué es un agujero negro? ¿Cómo se forman? (Explicación súper sencilla)

que es un agujero negro

Los agujeros negros son algunos de los objetos más misteriosos y fascinantes del universo. ¿Te has preguntado alguna vez qué son exactamente? ¿Cómo llegan a formarse estas impresionantes trampas cósmicas? ¿O quién fue la primera persona en postular su existencia? Acompáñame para intentar responder a todas estas preguntas. Descubriremos que detrás de los agujeros negros se esconden algunos de los fenómenos más extremos e intensos que podemos encontrar en la naturaleza.

Definición de un agujero negro

Singularidades hiperdensas

Los agujeros negros son basicamente regiones del espacio con una gravedad tan fuerte que nada puede escapar de ellos, ni siquiera la luz. El límite del agujero negro, al que llamamos horizonte de sucesos, marca el punto de no retorno. ¿Te imaginas un pozo gravitatorio del que no puedes salir? Así de extremo es un agujero negro.

Dentro de ese horizonte se encuentra la singularidad, el corazón del agujero negro donde las densidades son infinitas y las leyes de la física, como las conocemos, dejan de existir. Fascinante y aterrador a partes iguales, ¿no crees? Cautivaron a muchos científicos, como veremos después.

Formación de un agujero negro

El colapso gravitatorio

Aunque pueda sonar extraño, los agujeros negros se originan a partir de las estrellas masivas. Cuando estas gigantes cósmicas agotan su combustible nuclear, mucho más masivas que nuestro Sol (de al menos 25 soles), se desploman bajo su propio peso en un proceso llamado colapso gravitatorio.

Imagina la estrella desinflándose hacia su núcleo a velocidades de vértigo, condensando toda su enorme masa en una región minúscula hasta que surge el agujero negro. En ese proceso también pueden tragar materia de su alrededor, creciendo implacablemente. Una transformación titánica. ¿Se te ocurre un espectáculo más sobrecogedor?

Explicación detallada y súper sencilla de la formación de los agujeros negros

Cómo te decía antes, los agujeros negros se forman cuando una estrella masiva, (al menos 20 veces más grande que nuestro Sol), llega al final de su vida y colapsa sobre sí misma por la fuerza de su propia gravedad. Es decir, durante su vida la estrella brilla y resplandece debido a las potentes fusiones nucleares en su interior.

Pero cuando se queda sin combustible, la estrella explota y luego todo ese material cae hacia adentro. Eso hace que se pliegue sobre sí mismo cada vez más. Este colapso crea una fuerza gravitatoria tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de ella.

Y es cuando se forma el famoso agujero negro. Es como si la gravedad actuara como un agujero cosmico con una atracción infinita de la que nada logra escapar, ni tan siquiera los fotones de luz. Por eso se llaman “agujeros” negros, porque es material cósmico tan apretado y sus fuerzas gravitatorias son tan extremas, que es como un profundo agujero o pozo del que no salen ni la materia ni la radiación electromagnética como.

Descubrimiento de los agujeros negros

¿Albert Einstein? o ¿Karl Schwarzchild?

Aunque sea difícil de creer, los agujeros negros fueron postulados mucho antes de tener pruebas de su existencia. En 1915, utilizando las recientes ecuaciones de la relatividad general de Einstein, el físico alemán Karl Schwarzchild predijo teóricamente objetos celestes masivos de los que ni siquiera podía escapar la luz. Escribió sobre la posibilidad de los agujeros negros décadas antes de poder observar uno.

Su trabajo sentó las bases para investigaciones futuras. Una auténtica predicción visionaria, ¿no crees? La comunidad científica primero fue escéptica, pero cuando obtuvo evidencias de objetos reales compatibles con las ideas de Schwarzchild, su genio quedó confirmado.

Confirmación de la existencia de los agujeros negros

Hubo que esperar hasta la década de 1970 con el desarrollo de potentes telescopios, para confirmar la existencia real de los agujeros negros. Se observaron estrellas orbitando objetos invisibles supermasivos, con movimientos que delataban la presencia de intensos campos gravitatorios. También se registraron chorros de radiación de material cayendo en los agujeros negros. Evidencias irrebatibles.

Schwarzchild no llegó a ver esa confirmación última de sus ecuaciones visionarias, pero cambió para siempre nuestra comprensión del cosmos. Y aún nos quedan muchas preguntas por responder sobre los siempre intrigantes agujeros negros. ¿Se atreverá la ciencia a responderlas todas?

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