Reencarnación: Niños que recuerdan vidas pasadas

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La idea de la reencarnación, de que al morir nuestras almas renazcan en otros cuerpos, es común a muchas culturas desde la antigüedad. Algunas personas aseguran conservar recuerdos de supuestas vidas pasadas.

Aunque parezca increíble, existen casos intrigantes documentados por investigadores como el psiquiatra Ian Stevenson o el también médico, Brian Weiss. Analicemos algunos ejemplos sorprendentes que podrían apuntar a que la reencarnación sea un fenómeno real.

Investigando lo extraordinario

Ian Stevenson, de la Universidad de Virginia, dedicó décadas a recopilar miles de casos de posibles vidas pasadas por todo el mundo. Estudió con detalle los testimonios de numerosos niños que afirmaban recordar cómo habían muerto en una encarnación previa.

Al contrastar sus historias, Stevenson calculó que al menos una veintena de casos eran muy fáciles de refutar por la cantidad de detalles verificados que aportaban los menores.

Por su parte, Brian Weiss, ha dedicado su carrera profesional a estudiar las reencarnaciones a través de la regresiones. El famoso psiquiatra que suele aparecer en el programa de televisión de Oprah Winfrey, pudo refutar miles de casos, mediante fechas, acontecimientos o nombres. Pero Weiss se han centrado más en adultos, y hoy queremos hablar de las posibles vidas pasadas recordadas por niños.

Recuerdos vívidos de una vida lejana

Uno de los ejemplos más fascinantes es el de la tailandesa Ratana Wongsombat. Con apenas tres años, comenzó a decir que había sido una mujer llamada Biya Pathak, y dio más de 50 datos comprobados sobre su vida, familia y muerte, ocurrida a cientos de kilómetros de distancia años atrás. Incluso presentaba marcas de nacimiento coincidentes con las heridas por las que murió Biya.

Otro caso es el del indio Taranjit Singh, quien desde pequeño afirmaba haber sido Satnam Singh, un hombre que falleció atropellado. Taranjit proporcionó decenas de detalles sobre la vida de Satnam que resultaron ciertos y reconoció su antiguo hogar y familia cuando lo llevaron a su pueblo natal.

Conocimientos innatos imposibles de adquirir

Algunos menores han demostrado poseer conocimientos muy específicos que no habrían podido obtener de forma normal. Es el caso de James Leininger, que describía vívidamente haber sido James Huston, un piloto estadounidense muerto en la II Guerra Mundial. James reveló múltiples detalles técnicos sobre aviones y sobre el fallecimiento de Huston que sus padres pudieron verificar eran reales.

Un caso excepcional es el del pequeño U Sam Meun, en Camboya, que con dos años utilizaba un refinado vocabulario y narraba haber sido un venerado monje llamado Thong Pasat. El niño reconoció a varios discípulos de Pasat y trató de enseñarles versos budistas que supuestamente había compuesto el monje en vida.

Marcas físicas coincidentes: ¿pruebas irrefutables?

Además de recuerdos, muchos niños presentan marcas de nacimiento y deformidades que encajan precisamente con las heridas o causas de defunción de sus presuntas encarnaciones pasadas. Es el intrigante caso de la pequeña turca Semih Tutusmus, nacida sin manos igual que había muerto su supuesta vida anterior, al estallarle una granada que sostenía con las manos.

También está el ejemplo de Marta Lorenz, una niña paraguaya que nació con una grave dolencia cardíaca idéntica a la de su tía abuela materna, de la que afirmaba ser la reencarnación, y cuyos parientes pudo reconocer pese a que falleció antes de que Marta naciera.

Más preguntas que respuestas

Los investigados por Stevenson y otros científicos plantean fascinantes cuestiones. ¿Cómo accedieron a información tan privada sobre personas ya muertas? ¿Son realmente pruebas de la reencarnación? No hay explicaciones definitivas. Hay escépticos que lo ponen en duda, pero casos tan intrigantes nos invitan a no descartar fenómenos que podrían desafiar nuestro conocimiento sobre la conciencia y la posibilidad de vidas después de la muerte.

Y tú, ¿qué crees? ¿Es posible que estos niños conserven recuerdos de otras existencias? ¿O hay explicaciones más plausibles? Seguiremos debatiendo sobre ello, pero lo que sí evidencian estos casos es que aún nos queda mucho por descubrir sobre los misterios de la mente y la memoria más allá de esta vida.