Wolf Messing, el psíquico que aterrorizó a Adolf Hitler y a Stalin

Wolf Messing

Wolf Messing fue, sin duda, uno de los personajes más enigmáticos del siglo XX. Sus presuntas habilidades psíquicas y mentales fascinaron tanto a Hitler como a Stalin, los dictadores más temidos de la época. ¿Pero quién fue realmente este hombre? ¿Era de verdad capaz de leer la mente e influir en ella? Repasemos su historia.

Infancia y juventud

Messing nació en 1899 en la Polonia ocupada por Rusia en el seno de una familia judía. Desde muy joven empezó a destacar por unas inusuales dotes adivinatorias y de clarividencia. Algunos lo tildaban de embustero, pero lo cierto es que más de una vez sorprendió a su entorno con visiones y predicciones que luego resultaron certeras.

Tras la I Guerra Mundial, Messing comenzó a demostrar sus dotes psíquicas en varios espectáculos. Su fama empezó a extenderse. Decía ser capaz de leer el pensamiento, adivinar acciones futuras e incluso manipular la voluntad de los demás.

Huida a la URSS

Con la llegada del nazismo, la vida de los judíos en la Europa Oriental se volvió insostenible. En 1935 Messing decidió escapar a la Unión Soviética. Allí los líderes comunistas se mostraron muy interesados en sus presuntas facultades paranormales, en especial el temido Stalin.

Stalin y la telepatía

Messing no tardó en convertirse en uno de los psíquicos favoritos del dictador soviético. Según cuentan, en una demostración ante Stalin y otros jerarcas bolcheviques, Wolf consiguió telepáticamente hacer que el jefe de la policía secreta se pusiera a bailar una mazurca. Todos quedaron boquiabiertos.

Otra famosa anécdota sucedió cuando Stalin le entregó una pistola cargada y le retó a que le disparase. "Yo no apreté el gatillo, fue su voluntad la que flaqueó", explicaría después Messing.

Clarividencia en la guerra

Dicen que Stalin recurrió más de una vez a las dotes clarividentes del mentalista durante episodios cruciales de la II Guerra Mundial. Por ejemplo, cuando Hitler traicionó el pacto germano-soviético, Messing habría predicho el día exacto del ataque, lo que permitió a los soviéticos ganar un tiempo precioso.

También afirmó haber previsto telepáticamente la fecha de la muerte de Hitler y el suicidio colectivo de la cúpula nazi refugiada en el búnker en los últimos días de la contienda. No hay pruebas sobre estos hechos.

Encuentro con Hitler

Cuentan que Messing llegó a encontrarse con Hitler en persona cuando el dictador visitó el frente ruso. En un cara a cara, Wolf intentó hipnotizar a Hitler mirándole fijamente a los ojos. "Vi odio en su mirada, jamás vi unos ojos que irradiasen tanto odio", relató después. No consiguió su propósito, pero a Hitler le causó una gran impresión.

Posguerra

Tras la contienda, Messing siguió exhibiendo sus dotes psíquicas por toda la geografía soviética y más allá del Telón de Acero. En los años 60 visitó la España de Franco donde volvió a causar sensación con sus demostraciones.

Algunos escépticos siempre pusieron en duda la veracidad de sus poderes, acusándolo de fraude. ¿Era realmente capaz de estas proezas o solo un consumado ilusionista? Sea como fuere, lo cierto es que tanto Stalin como Hitler tomaron muy en serio a este enigmático personaje durante los años más convulsos del siglo XX.